A través de las palabras y expresiones recopiladas en los mapas de este atlas, usted podrá comprobar, entre otras cosas, el condicionamiento de la geografía sobre los modos de hablar; la existencia en el país de pueblos originarios ya extinguidos; la influencia de otras culturas sobre la chilena, ya sea originarias o producto de migraciones llegadas al país; el impacto de los medios de comunicación en la lengua o la existencia de costumbres y objetos de la cultura material hoy vigentes o ya desaparecidos.
El contenido de las preguntas que debían responder los informantes tiene que ver tanto con aspectos cotidianos de la vida de las personas como con áreas especializadas según se viva en la ciudad, el campo o la costa. Por eso, para recopilar el material hemos usado cuestionarios múltiples que dan cuenta del léxico general, con 804 preguntas en todas las localidades (216); léxico urbano, con 173 preguntas en las 28 ciudades más import antes del territorio; léxico rural, con 593 preguntas en 154 localidades; y léxico marítimo, con 82 preguntas en 34 localidades costeras.
Junto con recoger palabras y frases en cada localidad, hemos querido registrar también los objetos, técnicas rurales, trabajos y costumbres que les suelen estar asociados, y que muchas veces explican el por qué de los nombres que les asignamos. De esta manera, devolvemos a las palabras los contextos culturales a los que pertenecen, y podemos comprenderlas mejor.
Para recopilar el material, tanto lingüístico como etnográfico, se ha dividido operacionalmente el territorio nacional en cuatro regiones que corresponden a enclaves de características algo distintas, por estar dotados, cada uno, de cierta homogeneidad geográfica, histórica, cultural y, creemos, también lingüística, cuestión esta última que habrá que probar con el análisis del material lingüístico recogido. Ellas son las regiones Norte, Centro, Sur y Sur-austral del país.
La versión impresa del Alech existe como prototipo, a la espera de que se den las condiciones para su publicación. Está constituida por 1147 mapas distribuidos en 5 tomos de gran formato, que se complementan con fotografías de vistas de las localidades encuestadas, de objetos y actividades referentes al contenido, además de un glosario general de todas las palabras y expresiones registradas en el curso de las encuestas. Las encuestas in situ fueron iniciadas en 1997 gracias al financiamiento de CONICYT y al trabajo del equipo de investigadores que recopiló durante 3 años, toda la información que se necesitaba desplázandose a lo largo del país.
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